¿Prefieren los expertos el Stradivarius frente al violín moderno si la audición es ciega?
La investigadora Claudia Fritz hizo sonar en Nueva York y París violines Stradivarius y otros modernos ante un público experimentado con los ojos vendados. Su objetivo era comprobar cuál de los sonidos gustaba más. Es decir, si la fama de que los primeros ofrecen una mayor calidad de forma incontestable se sostiene sin saber sin saber si se trata de uno de ellos.
El resultado fue sorprendente, ya que se impusieron los segundos, sin leyenda pero notablemente más asequibles, pudo constatar esta estudiosa, del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia. «Es la primera vez que una prueba de este tipo es hecha de forma científica, ciega y de manera precisa para medir las diferentes percepciones», señala Fritz.
Los Stradivarius se fabricaron entre los siglos XVII y XVIII y hoy en día usualmente son vendidos o subastados por millones de dólares. «Se trata de un sonido rico, pujante y claro que rellena la sala y pasa por encima de la orquesta», cuenta Fritz, que ha trabajado conjuntamente con el luthier estadounidense Joseph Curtin.
Muchos expertos sostienen que estos violines poseen la curiosa capacidad de sonar un poco más bajo al oído de quienes los tocan, pero proyectando el sonido más lejos y mejor en una sala de conciertos que los modelos más recientes. Por ello, los investigadores pidieron a oyentes musicalmente versados comparar tres violines Stradivarius con tres modelos más recientes, basados en el sonido de su preferencia y su proyección.
Una prueba se llevó a cabo en una sala de conciertos de 300 asientos cerca de París, con 55 espectadores. El segundo involucró a 82 oyentes en un salón de 860 butacas en Nueva York.
Tanto los ejecutantes -también con los ojos tapados- como los oyentes fueron «incapaces de distinguir consistentemente entre los violines nuevos y los viejos».
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